lunes, 26 de octubre de 2015

Cordero a la Miel de La Quinta de Lúculus

Cinco años y medio. Risas, agobios, chistes y, lo mejor de todo, algún abrazo, aunque todavía tengo unos cuantos pendientes y en espera. Primero fue el correo el que no paraba. Ahora es el wasshapp (bendito invento) el que tiene tardes que echa humo. Ya lo he dicho alguna vez, ellas son lo mejor que me ha pasado desde que hace más de seis años abrí el blog. Ellas son las culpables que de una vez al mes esta casa se barra y aparezca una nueva receta. Ellas son las culpables de hacer que la gente piense que estoy loca cuando de repente rompo a reír solo por mirar el móvil o de qué me miren raro cuando digo que tengo amigas a las que nunca he visto físicamente.

Pero si, lo son. Son amigas y de las buenas. De las que saben cuándo hay que reír, cuándo esperar y cuándo guardar silencio. Son amigas siempre, con risas o sin ellas. Y eso, en estos tiempos, hay que agradecerlo. Son mi grupo de cocina y muchísimo más. Y lo mejor de todo es cuándo el teléfono suena y es una de ellas o cuando una excusa nos permite abrazarnos tras un viaje largo.




Y de nuevo, esta entrada es por ellas. Porque sí, porque cocinar es lo que nos gusta, es lo que hacemos en esta bitácora. Es cómo celebramos, metiéndonos en fogones y en harina. Y de eso va esto, de celebrar la amistad y dar gracias.

Y ahora, que las demás me disculpen pero las voy a ignorar un poquito. Hace algunos meses ya tuve la suerte de ver, abrazar y reír con Maragda durante todo un día. Entre foto y foto, clase y clase, por fin pudimos vernos en persona y descubrir que así nos reímos mucho más. Fue un día genial, uno de los mejores. Corto pero intenso y maravilloso como cada vez que he podido ver a una cooking. Por eso esta entrada va por ella. Porque es valiente, es decidida, es fuerte, es la tía más cachonda que he visto en mi vida y es una grandísima cocinera. Esta es su receta, con la que participó en el último reto. Una receta que venía sin fotos y por eso, yo y mis compis hemos decidido prestarle las nuestras. Al prepararla en mi casa me he sentido un poquito más cerca de ella a pesar de vivir de punta a punta. Porque durante un tiempo ella necesitó silencio, pero ahora toca fiesta.



No soy la única que hoy cocina con ella esta magnífica receta de cordero que os recomiendo muchísimo. Esto funciona así, es un todas a una y por eso ellas tampoco faltan, cerrando un círculo genial. Os dejo las recetas de mis compis: Pikerita, Los cerezos en flor, Dit i Fet y El olor del Café

Cordero a la miel




  • Ingredientes:
  • Una pierna de cordero en trozos
  • 1 cucharada de aceite de oliva 
  • 1 cucharadita de Maicena
  • Zumo de 1/2 limón 
  • 1 cucharada de miel 
  • 100 cl de caldo de carne







  • Preparación:
  • Salamos y pincelamos las piezas de cordero con aceite de oliva y las marcamos en la plancha bien caliente. Las reservamos en una cazuela de horno. En la misma sarten aprovechamos el jugo del cordero a la plancha y le añadimos el zumo de limón y la miel. Disolvemos la maicena en el caldo frío y lo añadimos dejando que cueza un poco. Esta mezcla se la ponemos al cordero por encima y horneamos. Yo lo dejé 45 minutos y después, como me tuve que ir, estuvo en el horno caliente, así que con una hora o una hora cuarto servirá. Pero el tiempo dependerá de la pieza de cordero que se use o de lo grandes que sean los trozos. 

3 comentarios:

Lourdes dijo...

Qué rico!! Yo creo que al cordero le voy a asignar esta receta para siempre!!! Por rico y porque me recordará este buen momento.
Besos

Unknown dijo...

jajajaja siempre te he imaginado escondida detrás de la pantalla del ordenador con la mano tapándote la boca para que no te vean mientras te partes leyendo los mensajes jajaja ! Hoy hemos conseguido que Maragda haya cogido fuerzas suficientes para dar el ultimo pasito en su recuperación ! Un beso amiga , lo del abrazo pendiente lo tengo entre mis deseos de Navidad!

maragda dijo...

¿Cómo agradecer tantos ánimos, apoyo, mimos y halagos...? Hummmnnn espera a que piense... YA!!!!!

CON UN FUERTE ABRAZO DE OSA PELÚÚÚA (bueno ahora no tanto... y digo yo que por qué la cabeza -no mucho- y las cejas y no las piernas que así me ahorraría la depilación....).

Cuando os fui leyendo no podía parar de llorar, pero eran las lágrimas que saben mejor y más dulce, porque son el reconocimiento que tengo unas amigas generosas, cariñosas, que están a las duras y a las maduras, y que en todo este proceso han tejido una malla muy tupida de afecto que me ha ayudado a estar animada, optimista y luchadora...

SOIS UN LUJAZO DE AMIGAS I PARA MÍ UN PRIVILEGIO...

PD.- Si os toco o rozo un pelín el corazón os chincháis!!!! hahahahaha QUE NO!!!!!