Un solomillo muy impostor, como diría Falsarius, autor de esta receta. Se trata de una propuesta rápida, facilona y muy, muy resultona. Sólo hay que controlar que el solomillo no se pase en el horno. La combinación de dátiles, pasas (aunque yo he usado arándanos secos), miel y mostaza ofrece un punto de vista muy diferente a la carne.
Ingredientes.
2 solomillos de cerdo
1 bote de mostaza antigua
un chorro de miel de bosque
un puñado de dátiles
un puñado de arándanos secos (pasas)
aceite de oliva virgen
pimienta y sal
Preparación.
Se pone el horno a 200 grados y mientras se calienta salpimentamos el solomillo y lo untamos generosamente con la mostaza. Lo ponemos sobre una bandeja del horno y le echamos un poco de aceite por encima. Se mete en el horno unos 20 minutos.
Pasado este tiempo lo sacamos del horno y le echamos un buen chorro de miel. Cuanta mejor sea la miel mejor será el resultado. Yo usé una miel de bosque, más oscura que la miel de flores. Lo metemos en el horno otros quince minutos.
Le añadimos un puñado de arándanos secos y los dátiles (yo los troceé primero). Vuelve al horno cinco minutos y ya está listo para servir. Se puede filetear antes de presentarlo.
2 comentarios:
Quo, me encantan la miel y los datiles juntos, con carne debe de estar riquisimo!
Tengo un tag para ti en mi blog, pasate cuando quieras. feliz fin de semana, Liz.
Hay a quien no le gusta mezclar dulce y salado. A mí me encanta. Así que ésta me la guardo para dentro de poco.
Besos.
Esperanza.
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